Lulusadas

Mentiría si dijera que no te quise Que te quiero Mentiría si dijera que no moría por vernos Que te pienso Que te siento Que te ausentas con tal de no verme destruida de nuevo ¿Mentiría si dijera acaso, todos los improperios que no van al caso? Preguntarse a estas alturas qué nos mantenía juntos es sin duda discrepar contra la moral y las buenas costumbres. Estaba mal desde el principio, no hubo nada que pudiésemos hacer para el final Se reveló el velo y con ello, la ventisca Eras libre Seguía viva y de nosotros, no quedó más que las cenizas en las cuales nos resumimos para acordarnos para olvidarnos para finalmente, alejarnos.

Sinceramente no entiendo cuál es el objetivo de tan vil juego Con todas las de la ley se insertan en mi garganta los recuerdos de viejos amigos, como si las despedidas cayeran del cielo El exilio del refugiado, sobrevivimos al bombardeo, ahora solo quedan los que meten vidas completas en maletas. Pareciera una burla a mi tan anhelada espera, tracé el mapa para varios corazones desviados y me convertí en el cáncer que carcome las memorias de todos los que alguna vez pretendieron mofarse de mi arte. Ahora debo hacer de oídos sordos a los que no les cuesta lanzar pestes al olmo. Cansada estoy de recorrer cada uno de los caminos, no existe ruta que me aterre, mi estilo nació de tantos silencios. ¿Creen que no nos duele la muerte? ¿Cuántos allegados cercanos han llorado? ¿Conocen realmente los nombres de los que han evaporado? ¿Confiar? ¿En qué? Si los veo dudando de mi solo por adaptarme a su mal humor en el vagón Como si tuviese problemas con sonreirle a cualquiera Los reco

Bastase con un recuerdo para callar frente a tu nombre Rostro cuya presencia no logro determinar ¿Juzgas acaso mi inocencia o temes ante la grandeza de quien nunca temió a nada, más que a su propia inseguridad? A veces me pregunto quién sigue a quién, qué buscan o a dónde vienen Preferiría ciertamente no saber, pero parece que la ambición carcome mucho más que los placeres y de paso, retomando los viejos vicios consagrados. Lógica, no se trata de entender. ¿Estás ausente o estás dentro de mi?

Discrepo contra cualquiera que atente contra mi serenidad La necesidad, ausencia o desapego eran parte de este cuerpo Había hecho de cada membrana retrasos de sus lamentos, carcomidos por el odio de cientos de pendejos. Estaba harta de todo aquello, todo aquel y todo esto, nunca fue secreto pero la necesidad siempre suple la masculinidad y las disputas conyugales no formarían parte de mi inmortalidad Los paisajes me atormentan mientras los recuerdos de la noche me asechan como si tuviese la culpa de haberme abandonado por la estafa de algún vago. Jamás entenderé bien por qué lo hice, solo sé que me hice daño. Destrozó en mi cada fibra de valor, coraje y destiempo era el momento, estaba de acuerdo debía como siempre, empezar de cero.

Llovía. Siempre llueve cuando te pienso. No todos los días son derroches entre excesos, pero sin duda algunos otros tantos funcionan bien para el despecho. Desapego, palabra clave principal de la llave hacia la verdad que esconde mi cuento. Un mundo lleno de fantasías que nunca se hicieron realidad Esperas intranquilas sabiendo que nunca llegarás. De eso se trata mi vida, aguantar, soportar, ver clavado en otros el mismo puñal y rehusaré a intentarlo nuevamente. Es cansancio lo que se oculta bajo este cuerpo tan cansado. Palabrería, dirían algunos. Pero así al menos me calmo un rato. Nos gustan las madrugadas porque son ajenas de cualquier mirada y ocultarnos al amanecer para evitar las parodias del después. Así siempre han sido las cosas.