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Encarando a la muerte

La parca a decidido que es momento de revelar amoríos
Salieron todos como locos buscando trozos de mis despojos
Estaban sedientos y yo aterrada
Ausentes de todo credo me veían pasar como su reflejo
El ángel loco, caído del cielo.

Mírala hablar con cualquiera
Cruzar las piernas
Profesar condenas
Mírala existir en nuestra existencia,
completamente ajena.

Una nena se me acercó y me preguntó con voz quebrantada
"Niña, ¿usted tiene casa?"

Nunca he pertenecido
Perderme,
Volver,
Hoy da lo mismo.


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