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Adiós, hermano.


Hermanos cuyos rastros nunca olvidarán los años.
Amigos de antaño
Recuerdos en vano de la insolencia del verdugo
Recuerdos amargos de aquellos días de Julio.
Que nos traicionen los amantes pero nunca el amor sincero que atravesó este pecho al escuchar todos y cada uno de tus silencios.
Murmurar tu nombre sintiendo entre los labios cada minúsculo movimiento de expresión
Despegarse del corazón todo el sufrimiento del adiós
Para mitigarse de nuevo, intentando.

Justicia falta para aproximarse siquiera a devolvernos el puesto en la mesa que quedará vacío en casa.
Imposible concebir que tras un descuido pudo haberse abatido un alma
Tras la sombra del Estado, todos somos carnada.

Pero tu sonrisa siempre fue benevolente,
Estás presente y a pesar de que el tiempo solo añeje la ausencia
Recordarte que todos somos más, que en este hogar siempre habrá paz, está de más.

Sabes que siempre contarás con amigos
Para olvidarte de los sofocos del recuerdo y el hastío
Y sobre aquel luto que decora tu portal
Solo puedo esperar que el tiempo sea clemente y siempre les brinde otro motivo para soñar.


Dedicado a Gea y a la Familia Rojas.

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